El maridaje de cine y vino llenó la sala de catas de La Casota              Foto: GACETA 

        Aurelio Maroto

Una de las catas más singulares del Festival de Cine y Vino de La Solana es la que mezcla, precisamente, ambas cosas. Un año más, La Casota Gourmet acogió un nuevo maridaje que intentó relacionar un cortometraje con los vinos de la DO La Mancha. Esta vez fue el corto El cacharrico, de Óscar Toribio, el que buscó similitudes con los caldos manchegos.

“El vino marida muy bien con el sexo porque hay que utilizar la mente y dejarse llevar; a partir de ahí, el tiempo va a permitir que descubras sensaciones”, declaró Juanjo Muñoz, enólogo de la DO La Mancha, que reconoce que el cortometraje le divirtió mucho. En efecto, El cacharrico trata un asunto para muchos tabú: el sexo en la vejez. Protagonizado por Rosario Pardo, la cinta reivindica a aquella generación de mujeres que escondían sus aspiraciones y deseos sexuales para complacer sin cortapisas a sus maridos. Todo un canto a la libertad de los deseos más íntimos sin barreras por edad o condición. “El sexo se disfruta en soledad y el vino mejor si lo compartes”, reconocía el Óscar Toribio. El joven cineasta ciudarrealeño, de abuela solanera, admitió sentirse gratamente sorprendido por vivir este peculiar maridaje, novedoso para él. Y llegaba en un momento donde El cacharrico está triunfando allá donde va. “El corto tiene ochenta selecciones, ha conseguido treinta premios, lo han comprado varias plataformas y Castilla-La Mancha Media tiene los derechos”, recordaba. Desde luego, nada mal para un trabajo que apenas lleva unos meses en cartel y que también ha aterrizado en el festival solanero.

La cata incluyó vinos de la DO La Mancha, algunos de los cuales acaban de ser presentados en Madrid. “Son vinos muy frescos, a pesar de ser un verano muy calurosos y una vendimia muy corta; los blancos son maravillosos, con mucha fruta, una acidez correcta y solo falta disfrutarla”, decía el enólogo. También se probaron tintos crianza y con madera.