Momento de la salida de la procesión desde el Humilladero con la capitana y directivos de la cofradía delante          Foto: GACETA

Gabriel Jaime

La imagen de la Virgen de Peñarroya descansa en la parroquia de Santa Catalina tras la procesión de subida celebrada en la noche del domingo. El desfile procesional volvió a llenar de público las calles solaneras, en una fresquita jornada.

La patrona desfiló en su carroza bellamente engalanada con adornos florales, vistiendo un manto color hueso. El estandarte de gala y los dos faroles precedían, mientras que a ambos lados se situaron sendas filas de hermanos con alabardas. Como es tradición, el baile de las banderas dio colorido al recorrido, moviendo las telas sin cesar desde la ermita del Humilladero hasta la parroquia de Santa Catalina.

La procesión contó con la participación de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Rescatado y la Banda Municipal de Música, que interpretaron diversas marchas a lo largo de todo el itinerario. Las autoridades locales, con la presencia de concejales socialistas, populares y de Ciudadanos y el clero completaron el cortejo, además de la capitana de este año, Elena Padilla Montoya.

El veterano Juan Palacios 'bailando' una de las banderas durante el recorrido de la procesión               Foto: GACETA

Durante el desfile, fueron numerosos los ‘vivas’ que el público lanzó a la patrona y al ‘chatillo’, hasta que la carroza de la patrona entró en la parroquia de Santa Catalina. Una vez allí, y después de una pequeña oración, se volvió a entonar el Himno de la Virgen de Peñarroya, finalizando así la procesión de bienvenida.