Clientes disfrutando de sus tapas de jamón durante San Bartolo                                                                                                                            Foto: GACETA

        Aurelio Maroto

     La Asociación de Empresarios Hosteleros celebró por todo lo alto una nueva edición de San Bartolo, que el año pasado ya fue un éxito y esta vez volvió a convertir la Plaza Mayor de La Solana en un hervidero de gente. Un total de 14 bares y restaurantes se unieron a una celebración en pleno crecimiento. De hecho, las actividades se ampliaron a horario vespertino y nocturno, con importantes novedades.

A mediodía, los bares prepararon tapas especiales, cocinando grandes sartenes de paella, pisto o caldereta, mientras una charanga animaba el cotarro. En mitad de la plaza se instaló un cañón de espuma para solaz de los niños, que acudieron en bañador a remojarse. A pesar del calor, la gente llenaba a rebosar los soportales.

Ángel Simón (izq.), cortador de jamón, y José Manuel Araque (drcha.), chef de La Casota Gourmet durante San Bartolo                       Foto: GACETA

Al contrario que el año pasado, la jornada se extendió hasta la noche. Varios hosteleros instalaron mesas con hasta cuatro cortadores de jamón y queso, más un grifo de cerveza artesana. La gente se acercaba en buen número a pedir sus raciones y sus cervezas para compartirlas en las terrazas, que permanecieron completamente llenas hasta bien entrada la medianoche. Incluso la hermandad de la Vera Cruz instaló un tenderete de venta de dulces típicos, aprovechando la festividad de la cercana barriada del Cristo del Amor.

“Después del éxito del año pasado teníamos que repetir y meter cosas nuevas”, declaraba el presidente de la Asociación de Hosteleros, Jofre Galindo. “Pretendemos que sea una sábado diferente y creo que lo hemos conseguido”. Su valoración era muy positiva ante la respuesta obtenida. “La gente ha reaccionado bien y eso nos anima para seguir realizando este tipo de eventos”.