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Momento de la parte teórica del curso          Foto: GACETA

         Javier Ruiz

            El Centro Ocupacional de La Solana ha llevado a cabo un curso de voluntariado para personas con discapacidad intelectual, donde han participado 20 personas tratando todo lo referente al tema de voluntariado, tales como derechos, deberes, campo de perfil, cómo actuar ante las personas con discapacidad, así como actividades que se pueden organizar. El curso ha consistido en cuatro horas teóricas más 36 horas de prácticas en los diferentes servicios. Los participantes recibirán un certificado acreditativo, esperando que el alumnado que lo ha realizado se sensibilice y pueda colaborar en el voluntariado, actos y actividades que se puedan desarrollar.

            Vicente Sánchez, vicepresidente de la Asociación ‘Reto’, y Lola Gallego, secretaria, explican que desde la asociación el objetivo principal es que haya interacción comunitaria, normalización y sensibilización. En este caso centrado principalmente en la normalización del ocio y tiempo libre en personas que puedan tener discapacidad intelectual, de ese modo incluirlas en las alternativas de ocio que puedan tener cualquier grupo de amigos. Se pretende acercar el aprovechamiento del ocio y tiempo libre, para compensar las desigualdades y conseguir esa igualdad de oportunidades.

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Vicente Sánchez-Reseco y Lola Gallego son los principales responsables de RETO                Foto: GACETA

            Actualmente la Asociación ‘Reto’ cuenta con unas 25 personas voluntarias, en la cual cada uno aporta y apoya según su disponibilidad. Para aquella persona que quiera pertenecer a la asociación y ejercer voluntariado, tan solo debe contactar con el Centro Ocupacional y hacer saber que quiere aportar “su granito de arena”. Por otro lado, en cuanto a las características de los socios, tanto en ámbito local como comarcal, puede ser cualquier persona que así lo desee, distribuyendo a los asociados en tres categorías.

            Los interesados pueden ser socios voluntarios; socios colaboradores, que lo puede hacer en momentos puntuales, colaborando económicamente o bien ofreciendo instalaciones; socios usuarios, que son los que directamente se benefician del servicio y participan en las actividades, que serían las personas con discapacidad intelectual. La cuota mínima es de 6 euros y a partir de ahí cada persona voluntariamente aporta lo que crea conveniente.

            Tanto Sánchez como Gallego animan a la ciudadanía a ser voluntarios y participar, “pues es una labor bonita e importante, y todo lo que sea ayudar a las personas siempre viene muy bien”, destacando que el voluntariado llena de satisfacción, algo que se hace por inquietud personal, se contribuye a construir una sociedad mejor y al propio crecimiento personal.

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