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Concierto Andrés Sevilla - copia

Andrés Sevilla durante su actuación en el Centro de Artes                                                                                             Foto: GACETA

             Aurelio Maroto

            El cantante solanero Andrés Sevilla Marín conquistó a su propio público. A sus amigos. Y también a otra mucha gente que se unió al concierto benéfico que ofreció este sábado en el auditorio del Centro de Artes. Una cita especial. Una cita esperada. A favor del Centro Ocupacional ‘Virgen de Peñarroya’ de La Solana. Se recaudaron 575 euros, resultado de la venta de 115 entradas, al precio de 5 euros.

            El solista irrumpió con pantalón crudo y camisa a cuadros. Indumentaria sencilla, como su guitarra. A lado, Manuel Valencia, dispuesto para acariciar el piano al son de su voz. El patio de butacas estaba lleno y Andrés alzaba la mirada. Pareció sentirse arropado desde el primer momento. Tal era su deseo. Por delante, casi una veintena de canciones en las que darlo todo. Su admirado Alberto Cortez, la gran Mercedes Sosa, el incombustible Víctor Manuel, su amigo y paisano Francis Alhambra… Y algo de zarzuela, cómo no.

            Andrés Sevilla cantó, sintió e hizo sentir. Su voz sigue siendo plena y ha adquirido matices que sólo la experiencia, y un empeño constante por mejorar, te dan.

Concierto Andrés Sevilla-6

 

Aspecto del auditorio durante el recital benéfico                                                                                                                Foto: GACETA 

           El concierto fue subiendo el termómetro a medida que discurría. Hubo momentos álgidos, por ejemplo la interpretación de ‘Sólo pienso en ti’, que desgraciadamente no pudo contar a última hora con los protagonistas de la historia que encierra la icónica canción de Víctor Manuel. O el homenaje a los emigrantes españoles que nunca volvieron cuando interpretó ‘El abuelo’. Rememorando sus tiempos de barítono, se atrevió con la romanza ‘Mi aldea’, la célebre salida de Juan el Indiano en la zarzuela Los gavilanes.

            Precisamente, en la segunda fila escuchaba, atenta, María Dolores Travesedo, amiga personal y presentadora de la velada. La soprano, también empresaria al frente de la compañía profesional Musiarte Producciones, aún se recupera de la pérdida de su amigo y socio Antonio Lagar. El barítono falleció en un trágico accidente el pasado mes de junio y Andrés Sevilla le rindió su particular homenaje. Corrieron lágrimas de emoción mientras cantó ‘Cuando un amigo se va’.

            El cantante solanero terminó el concierto con palabras de gratitud, igual que lo empezó. Y se fue del escenario caminando despacio hacia bambalinas, con el oído todavía atronando tras una sonora ovación del público. De su público. De sus amigos.

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