Un momento de la actuación del Mago Cristóbal                                                                                                           Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

El patio de la Casa de la Encomienda albergó la segunda entrega de los ‘Viernes Culturales en Familia’. El mago Cristóbal Bi llegó con ‘La Magia de Cheshire’, un espectáculo que lleva paseándose por toda España durante cinco años. Se adapta a cualquier formato, por ejemplo a un lugar tan coqueto como el patio manchego de la Casa de la Encomienda. Magia con animales, desapariciones, levitaciones y “sobre todo mucha comedia”, decía el mago a la prensa local minutos antes de su actuación. “Me gusta generar un ambiente amigable con el público, con mucha cercanía y poder interactuar con ellos”.

            Hay una primera parte donde intenta ganarse la confianza y el interés de los niños, que se sitúan en primera fila. “Ganarse a los niños sí que es magia”, reconoce.

 

            El arte del ilusionismo lo lleva practicando una década, a pesar de su juventud. Un punto de inflexión llegó en 2014, cuando se proclamó campeón de España de Magos Jóvenes. Su padre, de origen chino, fue quien le inculcó la afición y le enseñó los primeros trucos y técnicas de magia. “Todos los magos sabemos las técnicas, pero ahora vienen nuevas formas de hacer magia y hay que adaptarse”. “Lo mejor de todo es cuando ves a la gente que se va con una sonrisa en los labios”.

            Hubo lleno total en el recinto abierto, con familias enteras disfrutando de una función de magia que no tiene edad.