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La ciudad

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Pelu saca una falta durante el partido contra el Minaya                                                                                                    Foto: GACETA

              Aurelio Maroto

            El Frutas Doña Ramoncita toca techo esta temporada. Su trayectoria claramente ascendente culminó el sábado con un triunfo épico frente al Minaya (4-3), después de remontar un inquietante 1-3 bien avanzada la segunda parte. Tres puntos que aúpan a los amarillos al segundo puesto por primera vez en la temporada, sólo por detrás del intratable –y probablemente inalcanzable- Gelovisión Toledo.

            Derribar al Minaya se convirtió en una tarea titánica, primero por la pegajosidad del rival y luego por la espesura del juego local. La Solana no carburaba en la ronda de pases, el equipo se mostraba impreciso y el rival se sentía más a gusto. Un gol tempranero ayudó a ese nerviosismo que parecía tener la tropa de Francisco Javier Lucas.

            Todo pareció cambiar con el penalti y la expulsión de un jugador visitante. Pelu repuso las tablas en el electrónico y el equipo pareció espabilar. Sin embargo, un ataque sin aparente peligro terminó con un disparo que Cózar sencillamente se tragó. Así terminó el primer tiempo.

            En la reanudación llegaría el tercero del Minaya, nada más empezar. Jarro de agua helada que los visitantes decidieron calentar porque dieron un paso atrás, concediendo balón y pista al Frutas Doña Ramoncita. Con más corazón que cabeza, el equipo se adueñó del partido y las ocasiones comenzaron a llegar. Hasta que Pelu acortó distancias y puso el partido otra vez en un puño. Poco después llegaría el empate, obra del de casi siempre, Pelu, y el partido se volvió loco. Fue entonces, y no antes, cuando la afición se enganchó con el viento a favor. Poco después, Félix, en una contra, le pegó con el alma para hacer el cuarto y volcar el ‘Serrano’. Sólo hubo que aguantar un poco más ante un Minaya sin argumentos ya.

            Al término del encuentro, Lucas admitía que fue una victoria sufrida, trabajada y que deja un regusto muy especial por la forma de producirse. Reconoció que su equipo no hizo un fútbol-sala brillante, pero tuvo la fe suficiente para sobreponerse al resultado y a las ausencias, alguna tan notable como la de Juanillo. El técnico estaba feliz por esa capacidad de respuesta y por haber alcanzado un segundo puesto del que ya no se quieren apear.

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