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Almarcha en acción

Almarcha firmó el gol de la victoria en Daimiel                                                                                            Foto: GACETA (archivo)

             Aurelio Maroto

            Este equipo tiene hambre y tiene ganas, muchas ganas de superar maldiciones. Daimiel fue un paso más hacia el cielo que tanto ansía el club desde hace varias temporadas. El 0-1 cosechado en el ‘Nuestra Señora del Carmen’ prolonga la inmaculada trayectoria la primera vuelta y anuncia que La Solana está ahí para quedarse en este segundo asalto liguero.

            Almarcha, ese todocampista que cualquier entrenador quisiera tener, liquidó el partido al filo del descanso con un gol que mezcló atención, decisión y calidad en la definición. “Noto algo distinto a otros años”, dijo a Radio Horizonte al término del encuentro. “Estamos derribando mitos porque nunca ganábamos el día del Castillo y ganamos, nunca ganábamos en Puertollano y ganamos, nunca ganábamos en Daimiel y hemos ganado…”.

Curtido en mil batallas a pesar de sus hermosos 26 años, Almarcha lideró al equipo en la primera parte. Asociado con David Sevilla en la zona ancha, ambos hicieron del partido una pachanga de color amarillo. Dominio absoluto del balón y varias ocasiones muy claras y extrañamente marradas por Naranjo. El gran depredador solanero estuvo en el sitio, como siempre, pero no estuvo fino apretando el gatillo.

La primera parte fue un monólogo visitante. El Daimiel se defendió como pudo y no tuvo presencia arriba. Y lo que son las cosas, la lesión de Mini mejoró el juego. La salida de Raúl y la basculación de Crístofer a la otra banda, a pierna cambiada, dio aún más profundidad.

Pero el 0-1 era corto. Es verdad que el arranque del segundo tiempo pareció mantener el claro dominio solanero, que se acercaba con claridad en juego dinámico a los dominios de Bombi. Sin embargo, Sevilla y Almarcha bajaron el pistón, y la desgraciada lesión de Raúl, que sufrió un fuerte tirón muscular, acabaron por ceder terreno. El Daimiel creció por inercia y Jaime, sobrado de peso aunque también de calidad, comenzó a repartir juego. La Solana retrocedió. Torreca olió la sangre y sacó a Alfonso, tan gordo como peligroso en un juego de bombeo aéreo.

Pero las acometidas locales se limitaron a un disparo lejano que escupió el travesaño y algunos balones prolongados al área que deparaban más emotividad que peligro real. Manolo no tuvo apenas trabajo.

Una victoria con factura

            La alegría era patente en la expedición amarilla tras el pitido final, incluido el mucho público solanero desplazado a la ciudad de las brujas. Aunque no todo el monte era orégano. La factura del triunfo fue cara. Raúl tendrá para varias semanas y Mini tenía la rodilla maltrecha. Para el próximo domingo, contra el Urda, tampoco estará Almarcha, que vio la quinta tarjeta, ni Jesús Bueno, con un compromiso familiar previamente pactado. Cuatro ausencias importantes en una plantilla que no destaca por su amplitud. A la espera de algún refuerzo, que el club sigue buscando, toca mimetizarse en la maleza.

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