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La ciudad

A mujeres Vivi

Vicente Romero de 脕vila 'Vivi' durante su charla        Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

La Asociaci贸n de Mujeres invit贸 a su caf茅-coloquio de los martes a Vicente Romero de 脕vila L贸pez, al que en La Solana todo el mundo llama 鈥榁ivi鈥. Lleva 31 a帽os en silla de ruedas, producto de un fatal accidente en octubre del a帽o 1986 y habla, porque puede, con autoridad sobre el mundo de la incapacidad f铆sica, en especial de la paraplejia. Las socias que acudieron al caf茅 conocieron una especie de segunda parte de otra charla que ya ofreci贸 el a帽o pasado. Como 茅l mismo dijo a la prensa minutos antes, 鈥渉ar茅 un repaso de mi aventura鈥. Y el mensaje 煤ltimo es claro: 鈥渁unque la vida nos ponga en situaciones dif铆ciles, siempre es posible superarlas鈥. Habla del instinto de supervivencia como algo que siempre te hace seguir adelante. 鈥淭enemos esa fuerza dentro aunque no lo sepamos鈥.

            Vivi no se considera acreedor de ning煤n m茅rito por el simple hecho de sobrellevar su situaci贸n. Dice que el m茅rito lo tiene la gente que le rodea, la que en su d铆a se preocup贸 de 茅l y se sigue preocupando, por ejemplo su familia. 鈥淪in ella no hubiera podido salir adelante鈥. Con ese apoyo fue asimilando su incapacidad para caminar y los problemas derivados de vivir sentado en una silla de ruedas.

鈥淎hora esto es Jauja en comparaci贸n con hace 30 a帽os, cuando no hab铆a plazas de aparcamiento y hasta la polic铆a amenazaba con multarte para no dar mal ejemplo a los dem谩s; las calles era una jungla para nosotros鈥. En su opini贸n, ese ejemplo habla mucho de la mentalidad de entonces y el cambio radical respecto a hoy, con estacionamientos reservados (algunos) y calles m谩s adaptadas (algunas). 鈥淓s un gran acierto lo de las calles con plataforma 煤nica, sin bordillos鈥. A pesar de los obst谩culos, que siguen existiendo, admite que la accesibilidad ha cambiado como de la noche al d铆a.

Recuerda que fueron la primera generaci贸n que salieron a la calle y se hicieron visibles, sirviendo de muleta an铆mica a much铆simos accidentados en el hospital de Parapl茅jicos de Toledo. 鈥淒as esperanza a la gente con cosas tan simples como verte llegar y bajar de tu propio coche鈥. Un trabajo duro pero agradecido a la vez, sobre todo viendo c贸mo la persona afectada y su familia iban aceptando los consejos y se sent铆an reconfortados. 鈥淓l mensaje final era hacerles ver que le paciente podr铆a hacer una vida m谩s normal de que lo que se pensaban鈥. 鈥淓so es hermoso porque reviv铆a una y otra vez mi propia historia; de eso s铆 estoy orgulloso鈥.

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