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La Solanera gente

Los socios fueron llenando poco a poco el salón grande del local contratado                                                               Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

            La Peña Taurina ‘La Solanera’ reunió a cientos de comensales en su tradicional comida campera. Una buena forma de redondear la faena de una intensa temporada en la que ha habido de todo, incluido un cambio de presidente. El chiringuito ‘El cocodrilo’ sirvió de escenario para celebrar un encuentro de convivencia con la masa social, que no falló a la cita.

            La junta directiva preparó avituallamiento de sobra. Comida y bebida para que no faltara de nada, a fin de atender a los afiliados como se merecen. Directivos y otros colaboradores, incluido un buen número de mujeres, se afanaron en preparar desde primera hora de la mañana. Muchas horas cocinando paellas, calderetas, caldillos y aperitivos de lo más variado. Entre tanto, el salón principal lucía ya adornado con carteles taurinos y perfectamente ambientado para la ocasión.

            En declaraciones a la prensa, el presidente, Basilio del Olmo, admitió que esta comida supone la mayor inversión del año, más de 5.000 euros. “Somos 140 socios y aquí gastamos la mayor parte de los 40 euros que pagan al año”. El resto de actividades se financian con la venta de loterías.

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Julián León preparando unos choricillos al vino, novedad este año                                                 Foto: GACETA

            El esfuerzo económico es grande, como también el esfuerzo personal en horas de trabajo. Pero tienen apoyo, según decía el vicepresidente, Julián León. “La gente colabora mucho ayudando a preparar y recogiendo después, de lo contrario no podríamos”. “Esto es como una familia”.

            La próxima temporada seguirán organizando viajes. Hace un par de semanas estuvieron en Úbeda y regresaron muy contentos. “Ver una plaza llena hasta la boca es algo grande hoy en día”.

            Y es que los toros agudizan su crisis en las plazas de tercera, que son la mayoría. La gente no acude a los festejos serios mientras sí lo hace a otros más festivos, tipo Vaca Prix. “Los toros son muy caros y no puedes traer figuras, y si no hay figuras no va la gente”. Es la pescadilla que se muerde la cola. Juan Antonio Palacios, vocal de la peña, cree que el problema viene de abajo. “Hay que apostar por la creación de escuelas taurinas y la promoción de gente joven del pueblo para animar a la afición”.

            La peña La Solanera, al menos, hace lo posible por mantenerse viva. Últimamente han ingresado una docena de jóvenes como socios. Uno de los grandes objetivos del nuevo presidente es ese: renovar la masa social.

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