Cantidad y variedad de tortillas y pistos manchegos       Foto: GACETA

Gabriel Jaime

Casi un centenar de platos fueron presentados a los concursos gastronómicos organizados por el Ayuntamiento solanero con motivo de la Semana de Exaltación a la Virgen de Peñarroya: 38 tortillas de patatas, 27 pistos manchegos y 22 dulces típicos (como novedad este año), pugnaron por los cuatro premios en metálico de cada modalidad.

Los concursos de tortilla de patatas y pisto manchego llegaban a su undécima edición, habiéndose consolidado de lleno aprovechando el tirón de los programas televisivos dedicados al mundo de la cocina. Los participantes derrocharon imaginación en sus creaciones culinarias, dotándolas de vistosidad a la hora de la presentación.

La tortilla presentada por Agustina Gómez-Pimpollo Márquez fue la mejor de las treinta y ocho presentadas, a juicio del jurado calificador, recibiendo un primer premio dotado con 150 euros. En segundo lugar quedaría Cirila Muñoz Romero de Ávila con un premio de 100 euros, mientras que Josefa Palacios ocuparía el tercer lugar con una recompensa de 70 euros. El cuarto premio, dotado con 50 euros, fue para la tortilla elaborada por María José González Jaime.

Las mismas dotaciones económicas recibieron los cuatro premiados en el concurso de pisto manchego, con un total de 27 platos participantes. El primer puesto fue para Inés Galindo Gómez, seguida por Miguel Valencia Pérez y Dolores García Uceda-Sánchez en tercera posición. El pisto confeccionado por Alfonsa Jaime Lara conseguiría el cuarto premio.

Una muestra de los dulces presentados         Foto: GACETA

Este año se incorporaba una nueva modalidad culinaria, con un nuevo concurso dedicado a dulces típicos que tuvo una participación de veintidós cochuras. María José Díaz-Cano se alzó con el primer premio y Agustina Jareño Guerrero con el segundo. También fueron galardonados los platos elaborados por Joaquina Sánchez Navarro y por Teresa, que recibieron el tercer y cuarto premio respectivamente.

Todos estos platos fueron degustados, junto a otra serie de viandas, por los numerosos grupos de familiares y amigos que acudieron a la Plaza Mayor como si se tratara de una romería. Acompañados de mobiliario y todo tipo de menaje, colmaron el apetito antes de la actuación de la orquesta Memory Band y El Koala que pondrían el broche de oro a una noche fresquita.