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La Solana-Daimiel jugada

El Daimiel estuvo muy encima y no dejó jugar a los amarillos                                                                                     Foto: GACETA

               Aurelio Maroto

La Solana: Manolo, Juli, Sancho, Raúl Delgado, Mini, David Sevilla, Naranjo, Crístofer, Jesús Bueno, Xavi y Juan Santos. En la segunda parte salieron Capelo, Almarcha, José Mari, Manuel y Seegio.

Daimiel RC: Manolo, Javi Moreno, Rubén Naranjo, Fran, Javivi, Rubio, Alberto Pérez, Miguel, Chule, Camacho y Jesús. En la reanudación salieron Álvarez, Cala y Alfonso.

Árbitro: Bustos del Amo. Expulsó con doble amarilla al visitante Jesús y amonestó a Javivi. Por La Solana vieron la amarilla Cristófer, Juan y

Goles: 0-1 m.21 Sancho en propia puerta.

Incidencias: Unos 500 espectadores en La Moheda. Minuto de silencio por la madre de Miguel Márquez, socio del CF La Solana.

Comentario: Las promesas de amor en pretemporada son eso, promesas. La liga es otra cosa y La Solana hizo de todo excepto enamorar en su debut liguero. Recibió una soberana bofetada a manos del Daimiel, que se acercó dos veces a los dominios de Manolo y acertó una, con la diosa Fortuna como aliada. Suficiente para torpedear el cartel de favorito que tienen los amarillos esta temporada.

            Es verdad que el control del partido fue local, a menudo de forma abrumadora, y que hubo ocasiones muy claras para perforar la meta visitante, pero La Solana careció de constancia y no tuvo aplomo para gestionar el tempo de juego. Faltó precisión y sobró precipitación.

            El problema comenzó con el partido. Tácticamente, el Daimiel fue mejor. Sin más. Le bastó disciplina en la colocación sobre el tablero para hacer buena la presión en tres cuartos, creando serias dificultades en la salida del balón, donde Juan se veía claramente desbordado. Con David Sevilla lejos del balón, La Solana no tenía luz por dentro. Faltaba desborde por banda y Naranjo se desesperaba en una solitaria pelea con los centrales blancos.

            El problema se agravó atrás con la defensa de cuatro. Torreca supo hacer sangre por banda, apretando a un nervioso Xavi por la izquierda y al reconvertido Jesús Bueno por la derecha. Una desafortunada cesión de Xavi provocó un mano a mano de Chule con Manolo. El meta aguantó y rechazó el disparo, pero el balón chocó en Sancho y entró.

A ráfagas

            A golpes de pecho, más que a base de fútbol, La Solana intentó responder. Una aparición de David Sevilla en el minuto 33 pudo cambiar el rumbo. Rompió por la izquierda, cedió a Raúl y éste a Mini, que no pudo conectar con toda la portería para él.

            La Solana no lo veía claro. Manolo Sancho sí. El balón no era suyo, la defensa sufría y faltaba presencia arriba. Capelo saltó como un resorte a calentar antes del descanso. Acto seguido lo hizo Manuel. Se veía venir, aunque el técnico esperó a la reanudación para fulminar a los dos laterales. Cambió a un 3-5-2, entrando Manuel por el costado zurdo y Mini corriendo toda la banda derecha. Capelo cogió el mando, moviéndose entre la banda y el centro, donde poco después también llegó Almarcha. La Solana mejoró bastante. El mismo Capelo estrelló un balón en el travesaño a los diez minutos y a Almarcha le faltó velocidad en un balón franco cuatro minutos después.

La Solana-Daimiel jugada-1

La defensa sufrió en la primera parte                                                                      Foto: GACETA

No hubo manera

            Los amarillos eran dueños absolutos del partido, aunque el Daimiel aguantaba con firmeza. A los veinte minutos llegó la expulsión de Jesús, que metió un poco más a los visitantes en su cueva. Naranjo también pudo empatar a los 27, pero su cabezazo rozó el larguero. Sancho siguió moviendo el banquillo. Retiró a Crístofer, del que no hubo noticias, y metió a José Mari. También salió Sergio. En el minuto 44 hubo otra muy clara, con un centro cerrado que Almarcha no pudo rematar delante del portero. No había manera y el partido se acabó.

            La Moheda despidió al equipo en silencio. Y Poco se le puede reprochar a la afición, que acudió en masa y animó incluso en los peores momentos. Pero la hinchada se marchó contrariada. Manolo Sancho lamentó la derrota, que calificó de ‘inesperada’. ¿La buena pretemporada ha producido ceguera? La realidad es que más de un rival estará hoy practicando la irónica, e icónica, sonrisa del ‘perro Pulgoso’. Toca aguantar… y levantarse.

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