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Copia de Copia de Gol alegría

Naranjo -izda- quiere seguir disfrutando del fútbol en La Moheda                 

           Aurelio Maroto

José Ramón Naranjo (Valdepeñas, 1984) es un icono en La Moheda. La afición le quiere y viceversa. Cariño recíproco que desea escribir un capítulo más. El delantero ha terminado la temporada en forma, jugando todos los minutos de los últimos partidos y habiendo firmado 7 goles desde que regresó al planeta fútbol a mitad de campaña. Si tenemos en cuenta que llevaba retirado más de un año (por una lesión de pubis en apariencia irrecuperable) son números notables.

La liga ha acabado cuando mejor estaba, con su musculatura definitivamente recuperada tras tanto tiempo parado. “He terminado con buenas sensaciones y me encuentro bien físicamente”, ha declarado a Radio Horizonte-La Solana. Eso, junto a una afición incurable y el apego a jugar en La Moheda, es lo que le invita a seguir.

'No me moveré de La Solana'

Aunque es cauto y usa la clásica muletilla de “ahora quiero descansar”, Naranjo quiere más fútbol de competición. Con 33 recién cumplidos, vuelve a verse fuerte y sano para asaltar defensas y marcar goles. “El fútbol me gusta con locura”, admite. ¿Que dónde jugaría la próxima temporada? No puede ser más tajante. “Si sigo jugando no me moveré de La Solana”. Una declaración de lealtad que sólo tiene como condición que el club vuelve a plantear un proyecto serio.

Naranjo es feliz en La Moheda y elogia el trabajo de la Junta Directiva. Falta sellar la renovación de Manolo Sancho, el hombre que subió del juvenil para resolver la atribulada marcha de Luismi, que provocó un cisma entre directiva y plantilla, incluso grietas en el propio vestuario, y acabó lastrando al equipo en su lucha por el ascenso. “Cuando no hay feeling con el entrenador todo es más difícil” -dice- aunque evita cargar contra nadie. Tampoco resta responsabilidad a los jugadores, incapaces de abstraerse precisamente cuando tenían el objetivo a tiro.

'Me gustaría que siguiese Sancho'

Manolo logró estabilizar la situación, calmar ánimos y reconducir la errática deriva del equipo. “Sancho supo darnos la tranquilidad que faltaba y quitarnos presión; ha caído bien en el vestuario”. El delantero lo tiene claro, “me gustaría que siguiese”. El plantel es bueno, pero no lo suficiente. “Hacen falta cuatro o cinco futbolistas”. Todos coinciden en lo mismo y Naranjo pone ejemplos. “El At. Tomelloso no subió en su primer intento, luego fichó a cuatro jugadores de Tercera División y lo consiguió”. Una receta sencilla en la teoría pero bastante más compleja en la práctica. Ahí es donde la directiva tendrá que decir qué quiere y los medios que tiene para comprarlo. Poderoso caballero es don dinero.

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